El mensaje de Oseas: Desafíos y oportunidades para la iglesia frente a la corrupción
12 de Julio de 2018 | 0 Comentarios

Si hay un tema que aborda la Biblia de principio a fin, es el de la corrupción. Ese fue el kerigma -tan actual- del mensaje de Oseas que compartió el profesor y teólogo Milton Acosta. La conferencia desarrollada el día jueves 28 de junio en el auditorio del Concilio Nacional Evangélico del Perú forma parte del segundo y nuevo libro del Dr. Acosta publicado por Ediciones Puma, intitulado “El mensaje del profeta Oseas: Una teología práctica para combatir la corrupción”.

Quizá lo más impactante (calificación de la conferencia hecha por el misionero Pablo Turner de Latin Link) que planteó el Dr. Acosta fue que en su investigación sobre el problema de la corrupción, no encontró suficiente bibliografía evangélica para abordar una realidad que aqueja tanto a los países latinoamericanos. En las librerías evangélicas de habla hispana se mencionan innumerables veces temas relativos al noviazgo, enamoramiento, relaciones de pareja, santidad, amistad, adoración y alabanza, liderazgo, y moral sexual entre otros tópicos. Si se está más interesado en la teología latinoamericana, se han realizado muchas publicaciones sobre la realidad de la pobreza en Latinoamérica. Mas sobre la corrupción solo se habla tangencialmente, mas no de forma directa como si se hace en el último libro del profesor Acosta, quien desde su realidad en Colombia nos habla a toda la comunidad evangélica en América Latina, como quien habla desde casa, porque conoce la realidad común por la que atraviesa la región catalogada por Naciones Unidas como la región más desigual del mundo.

Convocados por Ediciones Puma, y bajo el auspicio de ETE (Educación Teológica por Extensión) y el CONEP (Concilio Nacional Evangélico del Perú) asistieron medio centenar de pastores y líderes evangélicos interesados en “el mensaje del profeta Oseas”. Tras el preámbulo de un generoso desayuno para los madrugadores, Rubén Villar (responsable del área comercial de la editorial) presentó la conferencia. El Lic. Víctor Arroyo dio la bienvenida, en calidad deanfitrión, y el pastor reformado Alejandro Silva abrió la conferencia con una reflexión Bíblica motivada por la lectura de la reciente publicación del Dr. Acosta.

Además de exponer sobre el buen trabajo que realiza la Liga Bíblica del Perú, el pastor Silva tuvo palabras muy graves para con la Iglesia Evangélica en el Perú. Las planteó en una reflexión donde estuvieron presentes interrogantes muy actuales como: ¿por qué no afectan los cristianos al mundo? ¿Estamos poniendo nuestra atención en la dignidad de las personas o en los intereses eclesiales? ¿Nos merecemos otra clase de presidentes? Pero la más importante fue: ¿Quién va a moralizar a los moralizadores? La respuesta fue poco auspiciosa, pues afirmó que vivimos en una cultura de la corrupción en la cual la Iglesia está inmersa, tal como lo diría más adelante el expositor colombiano. Pero aun fue más allá de eso y dijo que “El Reino de Dios ha venido aquí para influir en nuestra realidad” y que por lo tanto “es importante la presencia de evangélicos en la comunidad”. Porque “El Reino de Dios se ha acercado. No viene y se va, sino que vino para quedarse”. “Nos falta construir otra teología.” “Ver la palabra de Dios con otros lentes.” El pastor apreció, comprendió, y recomendó el libro del Dr. Acosta.

En la misma línea (por el influjo e inspiración del Mensaje de Oseas) tomó la palabra el docente de hebreo y Antiguo Testamento, Dr. Milton Acosta, autor del  libro “El Humor en el Antiguo Testamento”; inició su exposición explicando el origen de su reciente libro y su motivación con las siguientes palabras:

 

“Se dice que los pastores critican a los teólogos porque teorizan mucho y no van a la práctica, y los teólogos a su vez critican a los pastores de hablar mucho de práctica sin comprender la teoría.”

 

 

 

Pero se dio el caso que un grupo de pastores le pidieron al profesor Acosta que les diera una conferencia sobre un tema muy práctico, a lo que el biblista respondió con “El mensaje del profeta Oseas”. Al finalizar las exposiciones, recibió la recomendación –pedido- de convertir su conferencia en un libro. Así es como nace esta publicación.

 

En la elaboración del libro, el Dr. Acosta descubrió que la última vez que se trató más periódicamente sobre la corrupción fue en los años 80´s. Pero en este nuevo milenio, las librerías cristianas lo tenían como un gran ausente, lo que no ocurre en la literatura secular, y menos en la Biblia puesto que en el texto sagrado encontramos al primer profeta denominado como tal, quien inició su ministerio precisamente denunciando la corrupción de su maestro. Nos referimos al profeta Samuel. Esta primera acción fue en lo sucesivo la “marca del profeta”, la “independencia del Estado”. De ahí es desde donde procede su autoridad para denunciar y anunciar. En otras palabras, su autoridad para fiscalizar radica en que no representa los intereses de tal o cual grupo de poder, sino la voz de Dios. “La palabra del profeta era expresión del amor de Dios para salvar a Israel de su autodestrucción”.

 

 

DESAFÍO 1: INTERPRETACIÓN DE LA HISTORIA

¿Cómo vemos la historia y hasta donde vemos la historia? Nuestros recuerdos y los juicios que elaboremos dependerán de la respuesta a estas preguntas. Recordaremos los hechos como un error, o como un acierto, en donde los errores deben reprenderse y los aciertos pueden repetirse. El profesor Acosta lo ejemplificó desde el caso Jehú (Oseas 1.4), quien fue ungido legítimamente por un profeta (2 R 9.1-10 no se dice el nombre de dicho profeta), pero es a quien el profeta Oseas denuncia por el abuso del poder militar ejercido. Lo llamativo es que esta denuncia se hace 60 años después de ocurridos los hechos. Y lo recuerda la comunidad judía en la diáspora 200 años después. La reflexión ante la luz de este pasaje es que: No importa cuánto tiempo transcurrió, si se aceptan las injusticias del pasado, estas volverán a suceder. Lo que se tolera hoy, indefectiblemente se repetirá mañana, porque al tolerarlo ya ha sido aceptado. Desde la castigada Colombia el biblista sabe lo que está diciendo, y nosotros podemos comprender plenamente desde nuestra mirada peruana, ya que ambas naciones hemos vivido la tragedia de las armas, coches bomba, atentados y apagones. Los campesinos colombianos y los campesinos peruanos pueden dar luces sobre lo que significa el abuso de poder, lo mismo que los campesinos del tiempo del reinado de Jehú. Uno se preguntaría “¿Ya para qué?” Oseas en boca de Milton responde: “Siempre importa interpretar la historia y reconocer las atrocidades y el abuso que han cometido las fuerzas armadas, porque nosotros somos producto de eso.” En el Perú, esta es una herida abierta, por lo que Oseas es tan actual como las reparaciones civiles o el Lugar de la Memoria.

DESAFÍO 2: LA CULTURA DE LA CORRUPCIÓN

El segundo desafío consiste en reconocer la cultura de la corrupción en nosotros mismos. Se trata de un desafío porque no vemos nuestra propia cultura dado que estamos envueltos en ella -del mismo modo como un pez no sabe que está nadando- de la misma forma que uno no se percata que tiene un acento en su manera de hablar sino hasta que escucha otro acento. El mejor ejemplo planteado por el profesor Acosta fue el semáforo. Porque en América Latina la cultura nos ha enseñado que la luz roja significa “pare (si es que alguien viene)” Sí, con todo y el paréntesis. Porque si no hay transeúntes, los demás vehículos tocan el claxon para avanzar, y esto se convierte en la norma, hasta que uno nacido en estas tierras y criado por esta cultura visita algún país en otras latitudes donde sí se respetan las luces del semáforo. Donde rojo es “pare”, sin paréntesis. Y esto es comprensible, porque en América Latina no conocemos nada que no esté plagado de corrupción, ya que la sociedad refuerza la conducta corrupta, perpetuando de este modo el círculo vicioso de la corrupción.

Esta cultura de la corrupción está presente también en las iglesias. ¿Y cómo no estarlo, si es en las religiones organizadas donde se forman estructuras que facilitan oportunidades de corrupción? El Dr. Acosta lo explica comentando sobre un artículo de Indonesia que señalaba la asombrosa correlación entre la religiosidad de una sociedad y el mayor índice de corrupción, siendo la una directamente proporcional a la otra. “A mayor religión, mayor corrupción”. Incluso la Biblia lo denuncia de manera directa. Entre la gente religiosa abunda la corrupción. Esta realidad del pasado es realidad también hoy. Y es comprensible, puesto que como la ética no forma parte de la prédica dominical, sino que lo que los evangélicos comprendemos como ética se reduce a 3 ó 4 temas de moralidad sexual, entonces los discursos mayores sobre ética como es la corrupción, pasan desapercibidos. No se difunde, ni se cuestiona; no lo vemos porque no forma parte del culto. Esto lo coloca en relieve el ps. Benjamín Bravo, de la Iglesia Evangélica Peruana (IEP) en el siguiente video:

CONCLUSIÓN

Debemos reconocer como iglesia, que tenemos un problema. Acto seguido debemos entender que estamos tentados permanentemente. Por lo tanto, lo que debemos hacer es:

  • No ser ingenuos. Toda acción que realice la iglesia, y se realiza en la iglesia debe ser legal, y debe estar vigilado.
  • Israel no creía que estaba haciendo nada malo. Nosotros del mismo modo, también creemos estar en lo correcto. Nos engañamos a nosotros mismos cuando en vez de leer la Biblia y ser confrontados por ella, la editamos, y leemos solo los pasajes que “nos conviene leer”, o los que consideramos “más bonitos”.
  • Debemos comprender que la corrupción es un problema grave porque se trata de una injusticia social.
  • La corrupción produce ATRASO, POBREZA Y MUERTE.

El Dr. Acosta concluyó animando a los pastores y líderes presentes a incorporar la lectura de los salmos en los cultos dominicales. 100 de los 150 salmos de la Biblia tienen como eje central la justicia. De esos 100 salmos, 50 son lamentaciones, y ofreció como ejemplos el salmo 89 y el salmo 26 (dedicado a la corrupción). Incluso animó a que podamos orar junto y con los salmos. Haciendo estas cosas –indica el renombrado teólogo- la iglesia tendrá la oportunidad de formar ciudadanos del Reino de Dios.

 

Mensaje del profeta oseas ganador

Luego de la conferencia, se dio lugar a unas ruedas de preguntas y respuestas en donde se resolvieron pocas dudas y se compartieron varios testimonios  [ver la sección de preguntas] del Dr. Acosta publicados por Ediciones Puma. Tanto “El humor en el Antiguo Testamento” como el de “El mensaje del profeta Oseas”. Finalmente el pastor Pedro Merino –presidente del CONEP– concluyó el evento con una oración, nacida desde la experiencia desde el Concilio, agradeciendo a Dios por la oportunidad de –como Iglesia- ser sal y luz en medio de la podredumbre y la oscuridad que significa la corrupción en el Perú.

 

 

En el enlace siguiente está la conferencia completa del Dr. Milton Acosta. Debajo, el abogado y miembro de la Asociación Paz y Esperanza, Germán Vargas resumió brevemente la conferencia del Dr. Milton Acosta en un minuto.

Redacción e investigación: David Romero Mazzini

Correo electrónico: romeromazzini@gmail.com

 

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